No se trata solo de alcanzar grandes alturas en menos tiempo, sino de hacerlo de forma eficiente, segura y confortable para quienes los utilizan a diario.
Cuando se habla de rascacielos automáticamente se los asocia con diseños innovadores y vanguardistas. Sin embargo, para que toda esa estructura pueda cobrar vida es necesario que los sistemas de movilidad vertical se encuentren a la altura. Allí es donde los elevadores de alta velocidad entran en juego, ya que su desempeño impacta de forma directa en la eficiencia operativa y en la experiencia diaria de los usuarios que los transitan.
Uno de los aspectos más complicados en la movilidad vertical de los edificios de gran altura es la velocidad. ¿Cuánto se puede acelerar sin afectar la seguridad, la comodidad y el flujo natural de las personas? Si bien la respuesta más frecuente suele ser mientras más rápido mejor, la realidad es que la ecuación es mucho más sofisticada de lo que parece.
El tiempo de traslado es una variable crítica en los edificios corporativos o residenciales que cuenten con más de 40 o 50 pisos. Sin embargo, sin tener en cuenta la percepción de la velocidad, lo verdaderamente importante se encuentra en la eficiencia general que tenga el sistema.
Un informe de Deloitte reveló que el tiempo de espera óptimo para sistemas de transporte vertical en edificios de oficinas debe mantenerse por debajo de los 30 segundos en horas pico. De superar ese rango se podrá provocar una congestión, frustración en los pasajeros y hasta una caída en la productividad de la compañía.
Por otro lado, el Instituto Mexicano del Transporte sugirió en un informe que los elevadores deben ser capaces de movilizar hasta un 15% de la población total del edificio en intervalos de cinco minutos. Sin embargo, lograr este nivel de capacidad no va a depender exclusivamente de la velocidad con la que se desplacen las unidades, sino que también se deben considerar otras variables como la cantidad de cabinas y la asignación de destinos.
Uno de los desafíos menos considerados de la alta velocidad de los elevadores es la respuesta fisiológica que podría provocar en los usuarios. De acuerdo a Madrid Más, las velocidades superiores a los 36 kilómetros por hora pueden causar presión en los oídos, una sensación de vacío abdominal e incluso mareos leves. Y si bien estos efectos son temporales, impactan en el confort de los pasajeros. Teniendo en cuenta esta problemática, OTIS desarrolló tecnologías de compensación de presión, amortiguación activa y ajuste de la aceleración progresiva. Todo esto con el fin de que los traslados a altas velocidades se sientan de forma más fluida y cómoda.
Un elevador de alta velocidad debe estar preparado para detenerse con suavidad en caso de emergencia y no causar con ello daño a los usuarios. A mayor velocidad, son mayores las exigencias sobre los sistemas de seguridad. Por este motivo, las soluciones avanzadas de OTIS incluyen frenos, sensores de sobrevelocidad, monitoreo en tiempo real y hasta protocolos que permiten mantener el control, incluso, ante la aparición de una falla.
Estos sistemas son parte de un enfoque integral de seguridad basado en inteligencia predictiva y el mantenimiento remoto de los elevadores. También es importante tener en cuenta que los materiales utilizados en las cabinas y los sistemas de suspensión están diseñados para soportar las cargas dinámicas y minimizar las vibraciones.
El 70% de los problemas que experimentan los usuarios de elevadores no están relacionados con los trayectos lentos, sino con las paradas innecesarias, tiempo de espera excesivos o la asignación ineficiente de las unidades. Esta tendencia, que busca enfocarse más en la eficiencia operacional en lugar de la velocidad, no paró de crecer durante los últimos años.
Una solución moderna como el sistema de despacho por destino de OTIS Compass 360 permite organizar viajes según los patrones de uso, las horas pico y el perfil de tráfico que tenga. Esto permite reducir de considerablemente el número de paradas que hace un elevador y, con ellos, mejorar la experiencia del usuario.
La incorporación de herramientas tecnológicas como la inteligencia artificial y el análisis de datos en tiempo real están transformando la forma en la que funcionan los elevadores. Esta tecnología nos permite obtener una respuesta más rápida y efectiva a crecientes desafíos que surgen en las ciudades más importantes de México como CDMX, Monterrey y Guadalajara, en un contexto en donde la verticalización urbana no para de crecer.
El uso de sensores para contabilizar el flujo de personas que circulan en cada piso y los algoritmos que ajustan la programación de los ascensores mejoran la eficiencia energética y puede reducir el tiempo promedio de espera en más de un 40%. Además, gracias a herramientas como el mantenimiento predictivo basado en datos reales extienden la vida útil de las unidades.
OTIS utilizó estas tecnologías de forma exitosa en una gran variedad de desarrollos a lo largo de América Latina. Estas soluciones fueron implementadas en proyectos como hospitales, corporaciones y residencias. En cada uno de estos casos, la velocidad forma parte de un sistema optimizado.
La necesidad de sistemas de movilidad vertical rápidos, inteligentes y eficientes gana más relevancia a medida que las ciudades de América Latina apuestan por el desarrollo vertical como solución para el crecimiento urbano. El Banco Interamericano de Desarrollo proyecta que para 2040 más del 80% de los habitantes de Latinoamérica van a vivir en zonas urbanas. Este dato no solo contempla más edificios, sino que también construcciones más altas.
En OTIS ofrecemos soluciones de movilidad vertical que se adaptan a las necesidades específicas que tenga cada proyecto. Nuestros sistemas avanzados están diseñados para mejorar la experiencia del usuario y maximizar la eficiencia operativa. Contáctate con nuestros especialistas al +528007125473 o visita nuestra página web para conocer todos nuestros servicios si buscas elevar la funcionalidad de tu edificio