Elevadores que ahorran energía y cuidan el medio ambiente, fábricas que apuestan por utilizar energías renovables, flotas de autos más ecológicas y una cadena de suministro ecológica; así avanza Otis en su compromiso global con la sostenibilidad.
Hablar de movilidad sustentable ya no se limita solo a los autos eléctricos o al transporte público eficiente. También tenemos que pensar en cómo nos movemos dentro de las oficinas, hospitales, centros comerciales, aeropuertos y edificios que dependen de elevadores y escaleras eléctricas para funcionar. En ese terreno, Otis tiene un papel fundamental.
En México y en el mundo, las ciudades crecen hacia arriba. La verticalización es la respuesta natural a la urbanización. De acuerdo a un informe del Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, más del 50% de la población mundial vive en ciudades y se proyecta que esta cifra alcance el 70% para el año 2050. En este contexto, se deberán construir edificios eficientes y sustentables. Y ahí, los elevadores son elementos claves de la vida diaria.
Otis entiende esta responsabilidad. Su estrategia global apunta a reducir de manera drástica las emisiones de gases de efecto invernadero, alineándose con los objetivos del Acuerdo de París y con las metas de México y la región. Pero, ¿cómo se traduce esto en acciones concretas rumbo al futuro, en específico, rumbo al 2033?
La iniciativa Science Based Targets (SBTi) validó los objetivos de Otis para el año 2033:
Otis redujo las emisiones de gases de efecto invernadero de sus operaciones propias, es decir, del alcance 1 y 2, en un 15.7% dentro de los límites de su objetivo científico. También se logró una reducción del 20.6% en las emisiones de alcance 3 provenientes de bienes y servicios adquiridos, viajes de negocios e incluso en el uso de productos vendidos.
Uno de los ejes centrales es la eficiencia energética en sus plantas de producción. A nivel global, en 2024, 8 de sus 17 fábricas lograron abastecerse al 100% con energía renovable y más del 58% de la electricidad usada ya proviene de fuentes sostenibles.
En el caso de América Latina, la planta que se encuentra ubicada en São Bernardo, Brasil, se destaca por implementar prácticas de reutilización de agua y por avanzar hacia un modelo de cero residuos certificado bajo el estándar TRUE® Zero Waste, un programa reconoce a organizaciones que logran un alto nivel de desviación de residuos del vertedero, promoviendo prácticas sostenibles de gestión de recursos y residuos. Este tipo de acciones sientan un precedente para fábricas de la región y marcan el camino para México.
Además, Otis está apostando por energías renovables. Solo en 2024, estos proyectos generaron ahorros superiores a los 290 mil dólares en costos de operación.
La movilidad sustentable también empieza en la calle. Otis mantiene una de las flotas de servicio más grandes del mundo, encargada de atender el mantenimiento de más de dos millones de unidades instaladas.
La compañía avanzó en dos frentes para intentar reducir la huella de carbono:
En un país como México, donde la calidad del aire es un tema de salud pública, estas medidas tienen un impacto positivo en las comunidades.
El verdadero cambio también viene con los equipos que Otis instala en los edificios. En este apartado se destacan dos innovaciones principales:
Además, hay que mencionar en este contexto que Otis publica Declaraciones Ambientales de Producto (EPDs) verificadas y transparentes, las cuales detallan el impacto ambiental que tiene cada uno de sus modelos. Esto hace posible que los arquitectos y desarrolladores puedan tomar decisiones más informadas en proyectos de construcción sustentable y certificaciones como LEED o EDGE.
Otro desafío importante al que se debe enfrentar Otis es la vida útil de sus equipos. La mejor manera de mantener un elevador en buen estado de funcionamiento es mediante un mantenimiento preventivo rutinario y una modernización cuando una unidad se acerca a los 15 o 20 años de antigüedad o más.
A través de programas de modernización, se ofrece la posibilidad de actualizar componentes indispensables sin tener que cambiar toda la estructura.
Esto, además de reducir el uso de materiales, también evita la producción de residuos y hace posible la incorporación de tecnologías más eficientes. Es un ejemplo claro de cómo la economía circular también puede aplicarse en la movilidad vertical.
El compromiso de Otis va más allá de sus propias operaciones, ya que evalúa a sus proveedores en función de sus políticas ambientales y su capacidad para medir y reducir sus emisiones. Incluso, se mapearon riesgos climáticos para anticipar posibles disrupciones.
Este último punto resulta fundamental debido a que la descarbonización de cadenas de valor industriales en América Latina va a ser determinante para cumplir con los compromisos climáticos.
Estos avances significan reducir el impacto ambiental de tus proyectos, pero también representan:
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